domingo, 16 de diciembre de 2007

Marioneta


Dicen que no tengo vida, mi vida es la que me quieran dar, me llaman marioneta.
Dicen que sólo sirvo para hacer reír, me llaman marioneta.
Dicen que sólo sé amar si me guían, me llaman marioneta.
Dicen que no me enfado y sólo lo simulo, me llaman marioneta.
Dicen que mi mundo es una puesta en escena para niños, me llaman marioneta.
Dicen que no soy nada si no hay nadie dentro de mi, me llaman marioneta.
Aquellos que hablan sin saber lo maravilloso que desconocen, en verdad yo las llamo malas marionetas.Y al fin sé que no soy nada si no estas dentro de mi, pues es maravilloso ser marioneta.



¿Quien es ese idiota que aparece en los espejos?
¿Quien esa gente que inundan mis fotos?
¿Quien esa mujer que me acompaña?
¿Quien ese interior que me contempla?
¿Cual ese lugar en el que vivo?
¿Por qué esas paredes que me atrapan?
¿Para qué esos libros que me absorben?
¿Que... todo eso que me rodea?

¿Quien esa diosa que se esfuma?¿Por qué la llamo libertad?¿Por qué la añoro, por qué me ignora, por qué me mata?

viernes, 14 de diciembre de 2007

eres...

Señora de mi cuerpo, reina de mis deseos, que hace aflorar en mi monstruos de mil diversiones.

miércoles, 12 de diciembre de 2007

El Fusilado

En este momento espero que caiga el rayo que acabe con mi vida. Me siento bien, al final de todo, cuando la muerte aguarda, me siento pleno. Creo que es de esperar, la vida sabe que está en su final y todo es diferente. Bueno, ahora que lo saboreo mejor, no es que cambie, sino que vuelve. Si, no me equivoco, vuelve al principio. Todo es magia y reluce en cuerpo, desprendiendo luz y misterio. La percepción vuelve a la niñez. La infancia que todo lo embellece. Escucho los violinistas ¿o son soldados que han encontrado un gramófono entre los escombros?. No lo sé ni me importa, la música es exquisita. La luz se filtra entre los harapos que me han colocado para no ver la muerte. Es la luz más blanca que he sentido, su calor me inunda el alma, la que dentro de unos segundos se irá por agujeros de bala. Me pica la nariz, lo percibo todo como el más avezado perro de caza. El sudor de mi frente, el polvo de las ruinas, la pólvora en el aire, la carne recién mutilada, el café de los “merecidos” vencedores, todo es extrañamente agradable, uno de esos olores que en mezcla única, no olvidas nunca, aunque mi nunca fuese mi ahora. Y yo aquí, donde un sentimiento me hace sentir sublime a punto de convertirme en una víctima más de una guerra más.

Pero me juzgaba dichoso, por vivir ese momento y partir sabiendo que he vivido para apreciar esa música, ese frescor, esa luz, ese olor y la caricia de un sentimiento que hacía estremecer mi corazón, por toda la eternidad. Una eternidad que comenzaba con un dragón de madera y metal, rugiendo para escupirme maldad emplomada y envuelta en fuego.

Brindis

Por la vida, que es vertiginosa en sus grafías, señora de tempestades. Por los amigos, que son quimeras de la esperanza en su eterna lucha contra la soledad de la vida. Por el tiempo, que es el único que sabe hablar de amigos. Por la nostalgia, que nace vástago maligno con el tiempo. Por los momentos vividos, donde a partir de ellos brota la nostalgia. Por el amor, que hace caramelo cada momento vivido.

Por ti, que eres amor. Por ti, que eres todo en tan poco. Por ti, por ser alma en verso, deliciosa tristeza, inocencia exquisita y fuerza desmedida. Por mi, por haberte encontrado y ser capaz de beberme a tu lado la existencia en chupitos de dulzura.