Los niños, sentados en rueda alrededor del poeta, preguntarán:
- Y todo eso, ¿lo viste? ¿Lo escuchaste?
- Si.
- ¿Estuviste allí? - preguntarán los niños.
- No. De los que estuvieron aquí, ninguno de los nuestros sobrevivió.
El poeta señalará las nubes en movimiento y el balanceo de las copas de los árboles.
- ¿Ven las lanzas? - preguntará- ¿Ven las patas de los caballos? ¿La lluvia de flechas? ¿El humo?
- Escuchen -dirá, y apoyará la oreja contra la tierra, llena de estampidos.
Y les enseñará a oler la historia en el viento, a tocarla en los piedras pulidas por el río y a conocerle el sabor mascando ciertas hierbas, así, sin apuro, como quien masca tristeza.
Eduardo Galeano
1 comentario:
Genial¡¡¡
Oliendo la tierra con la nariz en el aire.
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