martes, 23 de febrero de 2010

Ya está disponible el blogg oficial de Corriendo la Vida.

·Bienvenidos·

Bienvenidos sean todos a este pequeño rincón dedicado a la literatura, a la magía de la prosa y el embrujo de los versos.
De la mano de Carlos B.T Chaplin y Txetxu intentaremos llegar a remover experiencias, sentimientos ,miedos, ambiciones y sobre todo a animar a todos a aquellos a lanzarse al viaje emocionante de la literatura

Si quieres colaborar mándanos un correo a
corriendolavida@hotmail.com

http://corriendolasvidas.blogspot.com/

domingo, 21 de febrero de 2010

Invisible a nuestro alrededor

El origen de este dolor excitante laceraba parte de mi alma, esa parte que se aloja en la sien y palpita nerviosa con el olor a aventura. Las plumas de mi estela vibraban juguetonas con el correr de un viento en contra, romper el aire opresor es un placer reservado a unos pocos. El mundo pequeño y gigante desfilaba saludándome con manos color alegría y tal vez, aquí o allá se arrugaba frunciendo el ceño receloso. Vi a mi compañero, el solía dibujar colores en el aire para mí, captar un poco del brillo de los mil soles que nos iluminan, hacer bailar a la ilusión. Siempre admiré su capacidad innata para oler una tarta de manzana desde millas de distancia o todo un sinfín de delicias prohibidas a las que inspirábamos ese toque mágico de gozo explosivo. Me era más fácil vivir en niños, en pobres y soñadores. El humo negro de fábricas, ciudades y señores con traje me hacían estornudar y eso, definitivamente, no era algo bueno. Se escribían cosas bonitas sobre mí, películas, sueños y discursos, yo era un objetivo, el objetivo caprichoso. Pero la verdad, sólo había que levantar la nariz y respirarme.

jueves, 11 de febrero de 2010

Vuelta a casa

Reflexionando sobre lo que importa. Aún recuerdo como mis pies descalzos notaron con alegría la humedad de una arena lamida por las olas del Tirreno. El magnífico desfilar de velas en el horizonte, como salpicaduras flotantes de una vasija multicolor. En mi mano el tacto seguro de la madera gastada de mi lanza y a mi espalda el peso consolador de mi hoplón. El trirreme varado en la arena me observaba con ojos orientales y el olor a hogar me hinchaba los pulmones. No sé como será el olor a hogar, pero para mí es una mezcla de mar, pan recién hecho y humedad fresca.