Reflexionando sobre lo que importa. Aún recuerdo como mis pies descalzos notaron con alegría la humedad de una arena lamida por las olas del Tirreno. El magnífico desfilar de velas en el horizonte, como salpicaduras flotantes de una vasija multicolor. En mi mano el tacto seguro de la madera gastada de mi lanza y a mi espalda el peso consolador de mi hoplón. El trirreme varado en la arena me observaba con ojos orientales y el olor a hogar me hinchaba los pulmones. No sé como será el olor a hogar, pero para mí es una mezcla de mar, pan recién hecho y humedad fresca.
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