miércoles, 24 de noviembre de 2010

Se me ha olvidado escribir ¿como se hacia?
Lo vivido se había consumido deprisa. Los años, mirando atrás, eran recuerditos de otras personas, como cuadros viejos y solemnes. Me aferro a lo que puedo, ando igual, visto y manejo el coche igual, sigo el mismo ritual diario, ducha, cepillo de dientes y desayuno. Pero ya nada era lo mismo. Y la jodida me mira desde la mesa, engrasada y lista, junto a mi carta de renuncia. Había tomado conciencia de mi mismo, era hora de tomar las calles.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Me mira y nos miramos, la miro y le miro serio, casi dramático.

- ¿Sabes lo que quiero y lo que no quiero?

Ella se confía, amplia su boca, se le congelan los labios en una sonrisa. Me niega con la cabeza, y sus pestañas me urgen a a continuar.

- Quiero el fuego, la incertidumbre explosiva que precede a un beso inminente. Quiero la ilusión y la fuerza del sentimiento, correr con el corazón preñado de alegrías. Quiero echar de menos las caricias solo un segundo después de haberlas sentido, quiero oler a tu sexo o que solo me lo parezca, da igual.

Ella revienta, y se me viene devoradora tras palabras tan apetitosas, pero mis dedos la frenan posándose en su nariz respingona.

- No quiero la estupidez que caracteriza la mente humana, su idiotez extrema, su racionalidad absurda, su irracionalidad sin sentido ni prevención. No quiero sentimientos de propiedad, no quiero celos, no quiero mañanas incómodas, no quiero compromisos que me aten y me lleven lejos de mis sueños y me marchiten poco a poco, viniendo como sin querer pero viniendo jodiendo.

Ella se sorprende y me mira con ojos confusos.

- Joder lo que quiero es un puto perro.

sábado, 2 de octubre de 2010

Fray Andrés de Urdaneta

Ya no cantaba el grumete, solo cantaba el viento.

Ya no subía el vigía a lo alto, en el mastil habitaba la Luna.

Y aquel hombre seguía sus cálculos como un copérnico de los mares.

Era un hombre que volvío con un nuevo saber.

Ratas, escorbuto, hambre, velas arrancadas, mástiles partidos, compañeros arrojados al mar como centinelas de aquella ruta.

Nada hace retroceder a quién ha logrado engañar al viento.

Era un hombre que volvió y pudo explicar su aventura.

Un pirata de las estrellas que volvió para que otros, pudieran ir.

martes, 7 de septiembre de 2010

NO QUEDA SINO BATIRSE




LibresVSProhibidos


...del blog: http://www.libresversusprohibidos.blogspot.com/


Después de unas semanas recolectando textos de distintos autores para poder superar el número de participación de la anterior tirada, creimos haber reunido un conjunto de versos de gran calidad que merecian salir a la calle a ser degustados por los viandantes.

Los "libertarios" que han colaborado en esta edición han sido:

- Alinando.
- Salvador Mira.
- Pablo Burraco.
- Pilar V.
- Carlos B.T. Chaplin.
- Reflexiones.
- Rosa Campos.
- Félix Gª. O. de Galisteo.
- Ronda Wood.

Las pegadas se dieron de nuevo aprovechando el frescor de la noche por las zonas de la Alameda Apodaca y el milenario Barrio de El Pópulo aunque el trabajo continua y daremos más difusión a esta edición.

Tenemos más noticias sobre LVP, como la aparición en la revista cultural La Levantera y nuevas colaboraciones sobre las que hablaremos en próximas entradas.

Podéis contactar con nosotros comentando en el blog o escribiéndonos a libresversusprohibidos@gmail.com . Estaremos encantados de dar difusión a vuestros poemas.

martes, 24 de agosto de 2010

A María la hora se le estiraba, como un chicle que hace camino entre la suela de unas Adidas Superstar y un suelo de adoquines grises. Se le estiraba, como se estiran los días de palabra entrecortada, como se estiran los años infelices, que suelen ser bastantes o casi todos, depende de si se tragan o no con la ayuda de un vaso de agua. Pero definitivamente, se le estiraba la hora tantísimo como un pegajoso beso guerrero que no da cuartel.

Allí parada, María esperaba. Los cielos se intercambiaban y las calles se interponían, se amontonaban y desamontonaban las personas, se comían los soles y se estrellaban callecitas mal trazadas. Oía cantar los coches y rugir los letreros forforescentes. María, seguía esperando. El banco donde esperaba estaba frío y frío notaba en sus nalgas, los papeles arremolinados acariciaban sus pantorrillas, juguetones. Los niños leían sobre la vida riendo y así aprendía a olvidar la risa. Y alrededor de ella lo hacían. Por su parte, María seguía esperando, junto a la hora estirada. Y miraba a la hora con melancolía, mientras se estiraba infinita, desde el pasado que estaba sentada a su lado hace ya unos interminables cincuenta minutos hasta el presente donde seguía a su lado, pues la hora vivía en el pasado y en el presente, pero no entendía el lenguaje del futuro.

María se levantó, se le había terminado el esperar.

lunes, 23 de agosto de 2010

Señorito

Señorito de las mil luces que repartes los cuernos entre el solsticio y las perseidas. Perseguido el rastro de tus torpes pies guiados por tus torpes sentimientos, perseguido por un tiempo soñador.

Señorito pelo fuego, que quemas con la estúpida ñoñería del sí pero ahora no puedo. Que arañas los laterales del agujero maldito, pidiendo salir, supongo. O tranquilidad.

Estúpido artífice de marañas sin sentido, congelas tu espíritu.

Andas quiebro, patizambo, alicaído, ojos amargos, pecho henchido y puñetero. Despiertas pasiones, despiertas ganas de vivir.

miércoles, 7 de julio de 2010

De guerras o despropósitos

La Isla de León, baterías que defienden el puente Zuazo. La invasión francesa no puede entrar en la Isla ni en Cádiz.

Después de comer, julio de 1811, hace calor y acaba de pasar una mala semana de levante. Pertrechos militares desperdigados por la escena, se escuchan bombazos de fondo. Paco mira de rodillas por el muro como buscando algo en el horizonte. Mariano, sentado cerca, se lía un cigarro con parsimonia y un poco de resignación.

- Paco (hablando al aire): Yo me estoy quedando loco o algo, pero yo escucho cañonazos y fusilería.

- Mariano (le mira con aire distraído): Yo también lo escucho, no te preocupes.

- Paco (sigue mirando por el muro): Si picha pero es que no hay nadie disparando, esto ha sido el levante. El levante me ha dejado carajote. (Se sienta al lado de Mariano) El levante y la guerra, que estoy harto de guerra.

- Mariano (concentrado en su cigarro): ¿Cuánto tiempo llevas aquí?

- Paco: Tres días.

- Mariano (mirándole): Entonces tú estabas carajote de antes.

- Paco (hace como el que no ha escuchado el comentario): No vea la de cosa que me han pasado ya quillo. Tiroteos, navajazos, explosiones, una locura, lo que yo te diga, una locura. (Mira a mariano) ¿Y tú, cuanto llevas aquí?

- Mariano: Nací aquí.

- Paco: No hombre, me refiero, pegando tiros.

- Mariano (termina de liar el cigarro): Poco más de un año.

- Paco (lo mira asombrado): Eso es tela.

En las losas pulidas y relimpias de la estación de tren de Cádiz, se reflejaba el mundo, pintando dobleces y dualidades. La luz entraba a chorros y en grandes columnas entre las cristaleras, difuminando los letreros luminosos que dictaban destinos y horarios.

Anaïs se impregnó del aroma especial que destilaban las estaciones de tren. Siempre le habían gustado, guardaban el sentimiento de miles de historias. Historias tristes y felices, despedidas, encuentros y reencuentros, miserias y riquezas… todo aquello convertía a ese lugar maldito por el romanticismo en un infinito mosaico de vidas que sólo hacía crecer y enriquecerse con la llegada de cada incansable tren.

Pero ese día Anaïs no disfrutaba de aquello. El viento caliente de la despedida azotaba su pecho, pinchándole a pellizquitos. Su familia había venido a visitarle desde París y volvían a casa. La cara de su padre desdibujaba una estela de tristeza melancólica que le arrancaba el alma arrastrándola tras el tren.

Anaïs sabe que hace décadas su padre había huido de su casa. La brutal figura paterna le agobiaba la existencia. Por aquel entonces, recodo del tiempo perdido dentro del mismo tiempo, su padre huía de casa, despidiéndose de su familia también en una estación de tren. Y fue esa imagen, repetida en Cádiz tan lejos de Paris, que despertó esos recuerdos escondidos.

A la pequeña parisina se le quemaba la puntita de los dedos, hormigueo que palpitaba en su pecho. Y con el brazo de su padre agitándose en la lejanía vio como sus tristes anhelos se alejaron.

- Adieu, passé.

El calor de las alegrías gaditanas abrigó su sonrisa.

miércoles, 30 de junio de 2010

Revolcones de vida

Corriendo de corrido, por inercia, sin control, los pies locos, las piernas desatadas.

Sin tropezarme choco contra el fin de algo y le suceden explosiones, señores que aplauden, señoras que sonríen. Flashes, colorines, confetis de dientes, papelillos de guiños.

¡Plas, plas, plas!

Borrachera de sueños, resaca de realidades. Y cuando el humo se disipa, el camino se abre otra vez mostrandome sus brazos cariñosos.

A empezar de nuevo.

sábado, 26 de junio de 2010


When I was a kid I used to pray every night for a new bicycle. Then I realised God doesn’t work that way, so I stole one and prayed for forgiveness.


Emo Philips

jueves, 10 de junio de 2010

¿Por qué corres, Ulises?


ULISES.- Para mí el mar es toda la libertad, la posibilidad, una eterna aventura. El único lugar en que se está desmemoriado y disponible. En el que se sirve sólo a la vida: siempre al alcance de la sorpresa, siempre a las órdenes del destino... Húmedo y limpio como un beso (NAUSICA lo interrumpe para besarlo.) Sin ancla, sin amarra, gobernado por vientos y vaivenes; súbdito de las olas que mecen o que matan... (Evadido.) Y se sueña. Se tiene todo el tiempo para soñar.
NAUSICA.- Qué bien hablas, querido... Oírte me abre otra vez la gana de abrazarte. (Lo abraza.) ¿Vamos ya?
ULISES.- Deja que te hable del mar. (Lo ha dicho entre el ruego y el reproche.) Misterioso, profundo, sin objeto. No como la tierra, de la que se puede decir: aquí se acaba... Es para hombres, el mar...
NAUSICA.- También la mujer es para hombres, creo (Caprichosa.)
ULISES.- En él sólo cabe defenderse o morir. Sin sepultura, como en la guerra...
NAUSICA.- Hagamos el amor y no la guerra; ese es mi lema.
ULISES.- Claro, tu no eres un hombre.
NAUSICA.- (Levantándose de nuevo.) Eso espero. Incluso preferiría no llegar a serlo nunca.
ULISES (Irónico.) ¿Es que no te gustan los hombres?
NAUSICA.- (Besándolo.) A la vista está. Pero también me gusta el whisky y prefiero beberlo a ser el whisky.
ULISES.- (Mirándola moverse ante él.) Eres un niña. Si te hubiera encontrado hace veinte años...
NAUSICA.- Hace veinte años te hubieras encontrado a mi madre ligeramente embarazada... Es mejor así. (Lo acaricia.)
ULISES.- (Con presunción y tristeza.) Pero hace veinte años yo era como un dios joven.
NAUSICA.- Y ahora eres como un dios maduro... Las perdices están mejor un poco pasaditas. La fruta verde deja áspera la boca. Tú, no. Me gustas como eres.
ULISES.- (Apesadumbrado) ¿Y dentro de veinte años?
NAUSICA.- ¿Quién habla de eso, ahora, cuando veinte minutos pueden dar tanto de sí...? (Pequeña sonrisa maliciosa.)


¿Por qué corres, Ulises? Antonio Gala

lunes, 7 de junio de 2010

De mi hacia ti

Bebo de tus fuegos con solo respirarte.
Me ahogo de tanto beberte y me sueño lejos de mi, imaginandote.
Porque así es más fácil y eres todo placer.
Olvido el dolor de entrar con fuerza en ti para ser uno y no conseguirlo, retrocediendo sudoroso y tembloroso para volver a imaginarte.

domingo, 6 de junio de 2010


La tristeza, el espíritu de la melancolía, es la piel más transparente y pura no sólo de enfermos o historiadores, sino de sociedades cuyos vaivenes pueden depender de esa misteriosa herida llamada melancolía, que a pesar del dolor que produce, sigue siendo condición deseable.
A veces huyes, corres fuerte dejando hondas pisadas en la arena que no te dan tiempo a borrar. Y da igual cuán lejos llegues, esas pisadas te recordaran de donde provienes y en cierta forma, el porqué huyes.

Vuelve el pasado cuando es más grande que el presente y duerme contigo pegándote los ojos al techo. Y fue un gran punto y final, cuando nos perdimos entre humos de hachís, té, hierbabuena y calor africano. Como una romántica borrachera para olvidar un amor que no se aleja, aunque huyas a otro continente.
Fotografía: Pedro Pablo Sara
Texto: Carlos B.T. Chaplin

viernes, 28 de mayo de 2010


-¿ Sabes –concluye- lo que más me gusta de Cádiz?
-Claro. El licor de los cafés y el vino de las tiendas de montañeses.
-Eso también. Pero lo que me gusta de verdad es el olor a bodega de bergantín que tienen las calles: a salazones, a canela y a café… Olor de nuestra infancia, prima. De nuestras nostalgias… Y sobre todo, me gustan esos chaflanes de calles con un cartel donde hay pintado un barco sobre el mar verde o azul; y encima, el rótulo más bonito del mundo: Almacén de ultramarinos y coloniales.
-Eres un poeta, primo –ríe Lolita- Siempre lo dije.

Arturo Pérez-Reverte. El Asedio

miércoles, 26 de mayo de 2010

La masacre necesitada



Las mismas herramientas en las mismas manos callosas. La misma antena en un edificio diferente. Tantos años con sus inviernos, que habían pasado duramente sobre mi, dejándome seco de espíritu y preñado de miserias. Ha pasado conmigo como pasa con una puta vieja, he subido tantas veces al cielo por obligación que para mi, subir no es ya sino una pesada tarea.

Han muerto tantos yo dentro de mí y perdí mis identidades tantas veces que he terminado teniendo que robarlas de otras personas, para que sigan muriendo dentro de mí. Me he asesinado en tantas ocasiones que no hay condena posible para mí, aunque ni siquiera sé si existen cárceles para asesinos de sí mismos.

Recuerdo ayer a la mañana y el insólito hecho que pude contemplar. Allí estaba yo, no sé si el yo que creo conocer y que sobrevive a mis purgas estalinistas, el yo que utilizo para hablar con mi mujer, el yo que desayunó tostadas mientras asimila al yo que suena en la radio y que luego escapa en las pretenciosas conversaciones matutinas o el yo que me suplanta para instalar antenas en los tejados con profesional porte. Pero seguro un yo que está cansado de vomitar sonrisas y subir escaleras al cielo.

- ¡Viejo! ¡Ven a ver esto! ¡Hay una loca en una cornisa!

El yo profesional que maneja mis manos para hacer las instalaciones pertinentes se esfumó en el baúl de cristal que tengo para tal menester, el de guardar a los diferentes yo, que todo hay que explicarlo, y miré a mi joven compañero al que odio con pasión.

- ¡Ven joder!

Al acercarme a la balaustrada pude ver como una chica se aferraba arriesgadamente a la barandilla exterior que cruzaba la cornisa de un edificio de oficinas de catorce plantas. Era obvio que quería lanzarse, que rebuscaba entre sus entrañas la última valentía que guardamos, la valentía suicida.

Mi compañero aprovechó para grabarlo todo con un endiablado teléfono móvil. Solté la llave inglesa que llevaba en la mano, viendo como caía contra el suelo y su estrepitoso chocar mientras imaginaba el ruido de un cuerpo caer desde esas alturas. Seguro que sería un sonido parecido al reventar de un saco lleno de vísceras y sangre o a lo mejor el final de una romántica caída terminaba con un golpe seco, sin más, como un estúpido punto y final.

Siempre pensé que tenía un alma poética escondida entre las nubes de la monotonía contra la que nunca quise luchar o la que a lo mejor se instaló entre mi y mis ansias de vivir y no me dí cuenta. Pero ese alma surge en mis reflexiones o eso quiero pensar. ¿Hasta que punto se puede llegar para terminar así? Me refiero, ¿Que le ha ocurrido a esa chica o que no le ha ocurrido? Debía tener un revoltijo caótico lleno de diferentes tipos de yo que luchaban por el control de una mente y un cuerpo, que debía haber una minúscula guerra mundial dentro de esa cabeza presidida por unos ojos que hablan de elocuente desesperación. Había llegado a un punto que esa chica quería matar a todos esos yo de una vez por todas. Sin ganadores, como todas las guerras mundiales, terminar aniquilando por lo que se esta luchando, perdiendo así la lucha todo sentido.

A lo mejor se había cansado de esperar. Hablo de la puta vida, de lo que siempre ocurre y es esperar. Uno nace donde nace, y ella tuvo que estudiar sin preguntarse si le apetecía o no y esperar a terminar de estudiar para vivir por su cuenta, ¿Cuantos años son esos? Entonces se ennovió, de alguien que sin duda merecía la pena o eso le decía su madre. Me pregunto como sería ese tipo, seguramente un idiota que quería asentar la barriga en una buena espalda, alguien como yo.

Entonces esperó a casarse para, se supone, ser feliz, pero a esas alturas sus yo se habían multiplicado tanto que ya sentía el peso de esa carga en sus sienes. El bombear de lágrimas se había vuelto diario o nocturno, no sé, hasta que ya se aburrió de llorar pena por algo a lo que nunca supo darle nombre y lloró rabia contra sus hijos. Así que tocaba esperar, esperar a jubilarse, de gastar todo en tantos yo. Y cuando se jubilase, esperar a morir.

Si, cuando veía aquello e incluso ahora estoy cansado de esperar, mañana me jubilo y estoy cansado. ¿Tengo que esperar toda la vida? ¿La vida es sentarme en el salón de espera de un matarife? Odio el camino que elegí, ya no puedo hacer nada, solo ver con ilusión como esa mujer iba a hacer lo que nunca tuve valor de hacer, matar lo que me esta matando, matarme.

 Mira allí sale otra, no digas que no parecen lemmings.

Apagué la carcajada de aquel hijo de puta insensible con un extintor ocular de idiotas. Allí había dos mujeres, hablando con cara de profundidad mortal o la cara que supongo que sale cuando hay debajo tuya catorce plantas con sus catorce segundos de reflexivo existencialismo. Así, pensándolo ahora, no podría decir quién convencía a quién de hacer o no hacer lo que iba a hacer.

Eso era, había salido alguien de entre toda esa estúpida gente que la miraba de lejos y pensaba sus propias cosas viendo su reflejo en esa situación, alguien que había reaccionado ante esa futura masacre, alguien que no vivía encerrada en su mierda egoísta. Sentí rabia, seguramente la nueva mujer estaría con el discurso moralista de la valentía de vivir y luchar por mantener lo conseguido. Imploraba para que la dejase en paz, estaba llevando a cabo una de las obras épicas más grandes que jamás contemplé. ¿Donde queda la valentía por atreverse a morir y abandonar sin sentimiento de culpa o responsabilidad lo que se había construido fuera de su propio control como una asquerosa ciudad medieval? Su vida con tantos yo muertos dentro de ella era un pudridero, un asqueroso pudridero lleno de los cadáveres de los intentos de cambio. Así que eso era, nunca había conseguido morir viviendo e inevitablemente estaba haciendo lo que más temía, vivir muriendo.

 ¿Imaginas que ahora se tiran las dos a la vez? Sería la polla, un espectáculo.

Intentando reprimir un puñetazo observé como caían, efectivamente, las dos cruzando el vacío. ¿Qué había pasado? De alguna jodida forma la conversación había escorado hacia la proposición de la muerte misma, de su ansiado y cálido abrazo. Se habían esfumado toda estúpida intención de coger las riendas de aquél caballo desbocado que llamamos vida y por fin habían saltado, literalmente, de él. La admiración y el orgullo explotaron en mi pecho. Mis lágrimas les acompañó en la analogía de mis mejillas, asombrado por el espectáculo. Era la danza de la vida, decidir cuando acabar con ella. Esa mujer no sólo había matado a todos sus pesados yo, sino que había convencido a aquella otra mujer a que hiciera lo mismo. Una masacre infinita, una masacre necesitada.

Ahora sonrío mientras coloco otro árbol más en este bosque urbano de antenas raquíticas. Definitivamente, esa mujer era mejor asesina que yo.

jueves, 20 de mayo de 2010

Una mirada a América Latina


El próximo miércoles 26 termina el infinito seminario Una mirada a América Latina trás dos meses de interesantisimas charlas y ponencias, discusiones e intercambios. Gracias a todos los que habeís participado y asistido y espero veros la semana próxima para la despedida.

Os dejo un adelanto con el video de clausura.




Poesía: Miguel Angel García Argüez
Texto: Eduardo Galeano y Carlos Benítez
Música: Bosques de Mi Mente

Video de clausura realizado para el seminario Una Mirada a América Latina en la Universidad de Cádiz, España. Los videos han sido seleccionados de diferentes documentales y video montajes.

jueves, 13 de mayo de 2010


La Casería es una de esas minúsculas partículas del universo. Un caserío desordenado de redes y azules, como una cuna que llora y se mece en el aire húmedo de la bahía. La Playa, sus huertos y hogares se sostienen sobre el fango de la mar de los pescadores y de los niños.
Allí la tierra se mueve. Más que una isla es un navío pintado hasta la mitad del casco de azul intenso y después de negro. Los sueños le caen sobre los hombros en los días de calma. El poniente los vuelve dulces y el levante locos.
Texto y Fotografía: Pedro Pablo Sara

martes, 11 de mayo de 2010

Cartas para mi hermana #1

Querida hermana:
Me alegra que estés bien y que lleves tus proyectos adelante en este caos pasional, dulce y trágico que llamamos vida. Yo por mi parte estoy bien, como siempre, corriendo de nada, acercándome a todo. Me gusta deambular por las mentes de personas ya muertas (si es que eso es posible, morir me refiero) y otras que aparentemente están vivas.
Una sonrisa se resbala por mi alma cuando me formulas tan inocente propuesta. Pero por otro lado me apena, porque creo que no me conoces, entonces, tanto. Nunca hemos hablado de estas cosas, tu porque no has preguntado, yo por no querer molestar. Pero te voy a mostrar, poquito a poco, porque yo vivo con el alma plena, rebosante de vida, con la mirada en el horizonte y los pies en el suelo.

Me haces una propuesta de corte religioso, yo sé que para ti la religión es tu vida, cosa que estas mostrando en este momento sirviendo como misionera. Y me sorprende que me propongas que rece (porque rezar y orar son sinónimos) para pedir a “Dios” (si, entre comillas) que ilumine mi vida. Bueno, mi vida está iluminada, a veces pienso que demasiado. Pero no iluminada por un dios etéreo, insustancial, imposiblemente perfecto, que todo lo conoce y nada hace, que se esconde y aparece a gusto, que vive en regiones del mundo y en otras no, que condena a tantísima gente y elige a unos cuantos. No, mi vida está iluminada por la vida. La vida de millones de mundos que viven en el mundo, la vida que nunca acaba, que nace y vuelve a nacer, porque la muerte es mentira (como diría Galeano). Mi vida no tiene un camino con una barra de metal que me impida caer en el abismo, porque en mi vida no hay abismos, ni de fuego ni de hielo, ni tampoco un árbol con frutas exquisitas ni un edificio enorme con gente mala que quiere que caiga. Mi vida es carrera, es navegar, es volar y soñar, mis dioses viven entre los dedos de mis pies, viven en el pelo de las niñas, en el sol de verano y en el de otoño y en el de primavera e incluso en el de invierno, mis dioses juegan conmigo y me consuelan cuando bebo agua cuando tengo sed, me acarician cuando me siento solo y me besan cuando yo quiero que me besen. Yo no vivo sumiso a mis dioses porque mis dioses existen porque yo quiero que existan y es por ello que ellos me agradecen el que yo les permita vivir. Solo adoro la vida, y a ella rindo pleitesía cuando despierto cada mañana por el simple hecho de despertar, y viviéndola intensamente le agradezco que me deje seguir aquí, viviéndola como si cada instante no volviera, aunque fuera a volver. A ella le ofrezco mi liturgia, la del nacer, la del crecer, la de procrear y envejecer y luego… volver a nacer.

Como ves los huequitos de mi corazón están llenos, no me falta ninguno por rellenar. Pero si debo admitir que cada día nace un huequito nuevo, un hueco que tengo que rellenar con ese día y así terminar mis días con el alma tan gorda como el universo. Yo vivo en lucha, como todos lo hacemos, pero yo lucho por el vivir, por mi vivir y por el de los demás. Es lo único que me interesa, es lo único que quiero, no pretendo ser simple… sólo humano.

Cartas para mi hermana #2

Por otro lado quiero decirte, que no creo en la religión, como has podido intuir con el párrafo anterior. Mira, una vez leí algo que me hizo pensar; el ser humano es capaz de advertir que algo se le escapa del universo, que hay algo más allá de su comprensión, que es un misterio que podría darnos la eternidad… pero le falta la capacidad para averiguarlo. Y ¿Sabes cuál ha sido la respuesta del ser humano a esa pregunta? La religión. Pero la religión mutó y se transformó, se institucionalizó y esclavizó. Y lo sigue haciendo. Ahora la gente es más libre, pero la gente sigue siendo débil y necesita de un consuelo, sentirse seguro cuando miran al universo y ven lo pequeños que son, una seguridad ante la negrura que supone la muerte, un respiro entre el torbellino del día a día para creer que construyen algo y sobre todo, para sentirse especiales. Eso es la religión, aglutinar una filosofía basada en una mitología, y para mí, es la vía fácil. Nadie sabe cuando el ser humano empezó a razonar, pero ¿sabes qué fue lo qué despertó su mente? Las estrellas, la muerte, los elementos, lo inexplicable y allí nació la religión. A dado tantos tumbos, ha vivido tanta gente bajo su cetro, ha habido tantas interpretaciones. Calcula esas personas, millones y millones, y muchas de ellas de razas y pareceres que hoy no existen, de sueños y realidades que se esfumaron con el polvo de estrella y volvieron al universo. ¿Por qué tu religión es especial? ¿De verdad crees que toda esa gente, y la gente actual que procesa otras religiones, e incluso procesa la misma religión pero con otros matices como los católicos, los evangelistas o los testigos de Jehová están equivocados y tu no? ¿No te parece eso prepotente y estúpido? Eso es lo maravilloso de todo y es que toda y cada una de las verdades son verdad, y no existe una única verdad. Y son verdad por el simple hecho de que esas personas piensan que son verdad. Entonces donde radica todo es en el simple hecho de que si cada uno aceptase que su verdad es verdad porque solo ella cree que es verdad pero que no tiene que ser la verdad de los demás, este mundo sería infinitamente mejor. Porque la religión es como la política, decir que hacer o como pensar a los demás. Pero creo que me voy por las ramas.

Mira, no quiero atacar tu mundito, porque me parece un mundito precioso y sobre todo, un mundito tuyo. Pero si quiero que veas lo absurdo de creer en algo así, sólo, repasando la historia de tu religión. Existía una vez un Dios que hizo a un hombre y una mujer y de ellos nacimos el resto (será por eso que somos estúpidos, porque somos todos primos, aunque prefiero pensar que somos todos hermanos) y de pronto salta a un pueblo elegido por Dios que mata, conquista, huye, es esclavizado, etc… ¿De verdad no te recuerda esto a una historia épica, como la de cualquier pueblo, como la de cualquier mitología? Y es en ese pueblo elegido, al que solo Dios apoya ya que Dios no apoya a ninguno más en el resto del planeta cuales olvidados por el cosmos, donde nace un hombre y ese hombre crea una secta (si como lo oyes, el cristianismo empezó siendo una secta). Y esa secta crece y crece tanto que toma el poder del Imperio reinante y se expande y masacra y esclaviza (díselo a los indios de América o a los musulmanes de las cruzadas). Y cuando pasa un milenio y medio, a un hombre se le ocurre cambiar una serie de matices (hablo de Lutero) y por ello se vuelven a matar docenas de miles de personas. Y es entre ese maremágnum sin camino donde nace tu religión, diciendo que es la verdadera (como todas) y que el resto de cristianismos está equivocado, y que deben seguirla y que son el pueblo elegido y usan la infinita excusa del fin del mundo, de que el mundo cada vez va a peor y que somos cada vez más malvados. ¿Hoy más malvados que en las épocas de las Guerras de Religión del siglo XVII, o las Cruzadas, o la expansión del Islam, o la quema de la biblioteca de Alejandría por cristianos radicales o el martirio de los indios en América? ¿Qué hay de diferente entre las criaturas mitológicas que nombran el Antiguo Testamento y las guerras entre dioses griegos en la Ilíada, o el Ragnarok vikingo? ¿Qué hay de diferente entre los milagros de Cristo y los milagros de Wiracocha o Quetzalcoalt? Entonces ¿A qué dios rezo?

Cartas para mi hermana #3

Mira el problema de la gente religiosa es que creen que los demás están equivocados aunque no lo sepan, que les falta algo aunque no lo sepan, que no son felices aunque crean que sí. Y eso a mí no me gusta, es mirar con superioridad o paternalismo al prójimo. Yo no estoy perdido, o bueno, si lo estoy, estoy dulcemente perdido en el laberinto del cosmos y me encanta estarlo ¿Y tú?

Yo he vivido en la misma casa que tu y he tenido la misma educación, pero sobre todo he luchado muchísimo para llegar donde estoy. Estoy feliz por la educación que he tenido pero yo he tenido que romper con esa educación y eso que me pides, ya lo hice… y obtuve respuesta. Y mi corazón me dijo que yo soy mi dios, la vida es mi diosa, el universo y el mundo son mis dioses.

Ahora es mi turno, porque ya hice lo que tú me pides, y quiero que preguntes tú. Pero pregunta a tu corazón, piensa, lee, analiza y critica. Porque nada es tan sencillo ni nada es tan complicado. Averigua por favor, hermana, sobre todo y vive con ansías de aprender, no te encierres en cuatro dogmas como cuatro paredes, y será entonces cuando podrás decidir mejor. Y si aún sigues queriendo vivir en tu religión, habrás hecho la elección correcta y la vivirás lo más intensamente posible, de una forma, que ahora mismo no eres capaz ni de imaginar.
Un abrazo, hermanita. Tu hermano que te quiere mucho.

P.D. Y si al final de todo, existe tu dios, tendré unas palabritas con él. Por como ha hecho el mundo, por como lo ha dirigido. Nunca viene mal un consejo de alguien, ni siquiera para un dios.

domingo, 2 de mayo de 2010

Entre estertores de tristeza quemo con mis pestañas las esquinas de un destino desagradable. Mis pestañas son igneas, por que yo quiero que lo sean.

Pero el destino es duro, y desagradable. Y luchando con él se vive, entre una libertad virtual y una libertad conquistada.

¿Qué se puede hacer si ya en el lugar en el que empiezas es el equivocado? Erratas en la educación, en el ambiente, erratas en el corazón que cultivan abismos. Los mismos abismos que ahora me separan de lo conocido. Pero triste y paradojicamente lo conocido me desconoce y yo no tengo ganas de conocerlo. Destino desagradable que me crió entre unos conocidos desconocidos, que nunca se pararon a comprenderme (que sí a tolerarme) y que me empujó a no querer conocerlos.

Por eso, destino, te torturo con mis pestañas de fuego.

martes, 27 de abril de 2010

En las pequeñas casitas de estilo andaluz en Tesalonica, los viejos sefardíes sueñan con la lengua no perdida:

«Porque de aquella boca salía la voz de una España antiquísima, perdida ya para nosotros, pero aún latente en quienes la conservaban hecha sonido. Sentía aquella lengua tan mía como la que había dejado hacía pocas semanas. Pero esta más honda, más llena de otras voces, de más evocaciones. Era el tiempo, los siglos quienes hablaban, y yo tenía el duro privilegio de escucharlo. […] Llorar por las palabras, por la gramática, a estas alturas de la vida. Qué cosas.»

Francisco Nuñez Roldan

lunes, 12 de abril de 2010

La memoria

La memoria es la parte viva de la historia y esta no es mas que la realidad imaginada de cada pueblo estrellada contra la realidad imaginada de otros pueblos y aunque habita en el abismo del subconsciente, salpica cada movimiento que hacemos cada día a cada minuto. Y la memoria es alma del hombre, y se viste de poesía y se corona con mitos brillantes y bien pulidos que pueda enseñar y repulir con las palabras. La memoria también canta y baila y en los cantes y los bailes se goza. La memoria es ninguneada e institucionalizada con la religión, es adulada y abandonada en los museos y es dicha con palabras chiquitas en los cuentos.

La memoria es tan poderosa que ha creado miles de mundos dentro del mundo.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Los niños, sentados en rueda alrededor del poeta, preguntarán:
- Y todo eso, ¿lo viste? ¿Lo escuchaste?
- Si.
- ¿Estuviste allí? - preguntarán los niños.
- No. De los que estuvieron aquí, ninguno de los nuestros sobrevivió.
El poeta señalará las nubes en movimiento y el balanceo de las copas de los árboles.
- ¿Ven las lanzas? - preguntará- ¿Ven las patas de los caballos? ¿La lluvia de flechas? ¿El humo?
- Escuchen -dirá, y apoyará la oreja contra la tierra, llena de estampidos.
Y les enseñará a oler la historia en el viento, a tocarla en los piedras pulidas por el río y a conocerle el sabor mascando ciertas hierbas, así, sin apuro, como quien masca tristeza.
Eduardo Galeano

martes, 23 de febrero de 2010

Ya está disponible el blogg oficial de Corriendo la Vida.

·Bienvenidos·

Bienvenidos sean todos a este pequeño rincón dedicado a la literatura, a la magía de la prosa y el embrujo de los versos.
De la mano de Carlos B.T Chaplin y Txetxu intentaremos llegar a remover experiencias, sentimientos ,miedos, ambiciones y sobre todo a animar a todos a aquellos a lanzarse al viaje emocionante de la literatura

Si quieres colaborar mándanos un correo a
corriendolavida@hotmail.com

http://corriendolasvidas.blogspot.com/

domingo, 21 de febrero de 2010

Invisible a nuestro alrededor

El origen de este dolor excitante laceraba parte de mi alma, esa parte que se aloja en la sien y palpita nerviosa con el olor a aventura. Las plumas de mi estela vibraban juguetonas con el correr de un viento en contra, romper el aire opresor es un placer reservado a unos pocos. El mundo pequeño y gigante desfilaba saludándome con manos color alegría y tal vez, aquí o allá se arrugaba frunciendo el ceño receloso. Vi a mi compañero, el solía dibujar colores en el aire para mí, captar un poco del brillo de los mil soles que nos iluminan, hacer bailar a la ilusión. Siempre admiré su capacidad innata para oler una tarta de manzana desde millas de distancia o todo un sinfín de delicias prohibidas a las que inspirábamos ese toque mágico de gozo explosivo. Me era más fácil vivir en niños, en pobres y soñadores. El humo negro de fábricas, ciudades y señores con traje me hacían estornudar y eso, definitivamente, no era algo bueno. Se escribían cosas bonitas sobre mí, películas, sueños y discursos, yo era un objetivo, el objetivo caprichoso. Pero la verdad, sólo había que levantar la nariz y respirarme.

jueves, 11 de febrero de 2010

Vuelta a casa

Reflexionando sobre lo que importa. Aún recuerdo como mis pies descalzos notaron con alegría la humedad de una arena lamida por las olas del Tirreno. El magnífico desfilar de velas en el horizonte, como salpicaduras flotantes de una vasija multicolor. En mi mano el tacto seguro de la madera gastada de mi lanza y a mi espalda el peso consolador de mi hoplón. El trirreme varado en la arena me observaba con ojos orientales y el olor a hogar me hinchaba los pulmones. No sé como será el olor a hogar, pero para mí es una mezcla de mar, pan recién hecho y humedad fresca.

viernes, 29 de enero de 2010

Cádiz desde el Campo del Sur

El cielo ruge a través de una tormenta eléctrica dando bastonazos de luz en la lejanía, tras el castillo de San Sebastián. El paisaje está enmarcado en nubes de fantasmagórico vaivén, figuras encapuchadas recorren el paseo del Campo del Sur con premura, mirando con curiosidad a los pescadores, que ya empiezan a salir de sus húmedas casas para aprovechar el temporal donde la pesca es más fructífera. El mar la está tomando con los grandes bloques de piedra que protegen el flanco sur de la ciudad antigua, dando empellones con saña y mojando de rocío salado a los curiosos, que no pueden evitar la tentación de ver a Poseidón en todo su esplendor. En la carretera de antiguos adoquines, traquetean los autobuses y motocicletas, quejumbrosos por tan molesto trayecto. La cúpula amarilla de la Catedral llama a las gaviotas al dulce y sacro hogar. El aire es una extensión etérea del mar embravecido que perla las miradas y los paraguas. Sus luces, sus tejados, el mar como indiscutible protagonista de una instantánea eterna.

Resistiendo, ahí viven con gentileza, unas piedras milenarias que besan las faldas del camino. Unas calles ladronas, donde se ha vivido tanto y donde los recuerdos asaltan como bandolero embozado tras las esquinas encañonadas. La piel excitada con el olor de un aire impregnado de tradición marinera, ojos anegados en lágrimas comprueban que el tiempo en Cádiz es un turista más, pues allí no puede vivir, si pasaran doscientos años, allí seguiría, igual, imperecedera… con su casta chulesca inclinada al mar, asomándose a ese balcón lleno de geranios a la orillita de la espuma…

jueves, 28 de enero de 2010

Si algo poseo es la religión de la aventura,
esa cuyo templo es el camino,
esa cuya liturgia es el paso,
esa cuya letania es el susurro de la tierra entre los dedos de los pies.
Sacerdote de la religión de la feliz nada,
puesta como bufanda de sentimientos,
escondida entre los pliegues de mi mirada,
escondida sin miedo.
Saludame de lejos si me reconoces,
desenfunda el cariño y disparame a la cara,
ahi no tengo armadura.

jueves, 21 de enero de 2010

Los Fareros de Primerock



Se habla con respeto en todos los pueblos y puertos pesqueros de las Hébridas Occidentales sobre los fareros de Primerock.

Hace siglos que el oficio de farero se hereda en Primerock, una biarquia de soberanos marinos se alternan en el trono de aquel faro tan malditamente aislado. Es una profesión dura, soportar la carga de presidir un monton de rocas y una franja de mar a cién millas de la costa, así como espantar las tremebundas tormentas del Atlántico Norte y discutir con las pesadas y astutas sirenas.

Todo el mundo respeta al farero de Primerock. En sus lágrimas de sal se intuyen los relieves de la linea que separa el cielo y el mar, difuminandose hasta volverse todo un remolino de vientos y mareas como coctel de realidades. En su cara se palpa con lengua de barlovento el desfile desquiciante de coloridas elucubraciones titiritadas por la más sublime soledad. Se dice que ellos entienden el lenguaje de la mar y que hablan con ella entre fogonazos de luz, bailando con las olas en esa roca maldita por Poseidon.

Yo mismo cuando corría por los muelles de Portree evitaba sus miradas cuando ellos estaban de paso. Se dice que si eran capaces de ver en la inmensidad del oceano, para ellos ver en el lago de los ojos humanos es como leer una tira cómica de periodicucho local. Orgulloso estoy de haberlos visto pasar, perdiendose hacia su tronío entre las infinitas islas, entre los profundos fiordos.
Hoy os recuerdo señores del norte, fuegos del mar, luces del horizonte. Y en vuestro recuerdo me guardo habitantes de la soledad.

miércoles, 13 de enero de 2010

El reflejo de un todo


¿Que será? Lo mejor de un cuadro son los silencios, los recovecos evocadores, los sentimientos desparramados por el lienzo. Él hizo esto y pensó aquello, él ha muerto, esto a perdurado. Da igual el origen, da igual la intención... sólo queda la impresión. Muero por mis divagaciones y mis fantasías, la pintora Lavinia Triunfi o una amante casual, da igual. Velasquez regaló esta joya, no materialmente, regaló el sentimiento en una época intolerante que perseguia el desnudo y el deseo carnal como desviaciones de la moral. Sólo fue para él el cuadro, el reflejo de ella, de una ella que perdurará impresa en el imaginario cultural como una estampa definitiva del más barroco romanticismo.
Y ese pintor de bigotes puntiagudos somos los todos de todas partes, el cuadro la via y la mujer que observa espectante al hombre que le da forma indudablemente es... la vida.


Chocan dramáticamente, niña de ojos rizados y pelos azules, mi ansias de perseguirte y tus ganas de esquivarme.

lunes, 11 de enero de 2010

Triste rostro arrastro pronto. Aprendo lento cuando soy alumno, aprendo presto cuando soy maestro. Monstruo sueño con un libro abierto, monstruo vivo con un libro cerrado. Siento suave sentarme sobre el resto, el resto del mundo bajo mi asiento.

sábado, 9 de enero de 2010

La odisea de los dioses

El mundo despertó de su estupor suicida cuando todas las televisiones del planeta anunciaron "la Tierra es un vertedero". Parece ser que fué sólo en ese momento cuando el mundo miró al cielo y vió por primera vez que ya no era azul, sino una masa preñada de humo y ceniza.Todas los ojos vieron como el sol era ya una triste mancha gris brillante que derramaba una luz fantasmagórica sobre los campos llenos de residuos y desechos. Fue esa la primera vez que vieron las mareas grises, como corroian las mismas entrañas del planeta, mareas que eran de ácido puro, sulfatos hediondos y asquerosidades flotantes. Al parecer, sólo entonces reaccionaron y vieron que los animales salvajes era cosa de cuentos y peliculas; y que la floresta era muestra de museo.

Fue en ese momento cuando los dioses vieron que vivia en grandes burbujas de cristal blindado, que los aislaba del eterno hielo del norte del mundo. Alli donde los muertos se amontonaban intentando entrar en esos microparaisos, sabiendose ya muertos. Vieron por primera vez ante sus ojos el sobrepoblamiento averrante de los arrabales infinitos en los desiertos eternos del mundo. Vieron como robaban el agua a los moribundos sedientos para abastecer sus burbujas agrarias con las que se abastecían de alimento fresco y que eran mil veces más lujosas que cualquier chabola de un cacique sarnoso.

No existía una economía, si no un intercambio básico, nosotros le ofreciamos nuestra fuerza y nuestra vida a cambio de una mierda sintética que seguramente fabricaban con nuestros propios restos, y por los cuales nos matabamos por conseguir un poco ante sus enormes camiones.

Todo esto ocurrió hace ya mucho, siglos incluso. Todo ha cambiado desde entonces, desde que los dioses se fueron. ¿me entiende? No somos los mismos, no tenemos el mismo corazón, creo que no somos ni los mismos humanos, ni se decirle quien es más humano, si nosotros o ellos. Sólo sé que los dioses del antiguo primer mundo se reunieron en sus grandes y decorados salones y movieron continentes y vidas como fichas de un juego horripilante, como siempre habían hecho y que porfín, habían perdido. Ahora tocaba recogerlo todo y largarse.

No sé si usted ha investigado y ha leido libros de historia, pero todo esta ahí. Recogieron esclavos de todo el globo, pero por supuesto nunca del interior de sus ciudades-burbuja. Nos prometieron un lugar entre ellos, por nuestro trabajo, esfuerzo y pago de nuestras miserias.

Con un "la Tierra esta a punto de colapsar" cundió el pánico y en mitad de ese pánico, provocado o no, aprovechado o no, se olvidaron de nosotros. Heredamos un mundo moribundo y conseguimos hacernos un hueco, despues de tanta muerte, despues de tanto sufrimiento.

Ahora han vuelto los dioses, han matado otro planeta, han abandonado alli a los nuevos mortales. Ahora piden un trocito de su vieja tierra, ahora nosotros decidimos.