miércoles, 30 de junio de 2010

Revolcones de vida

Corriendo de corrido, por inercia, sin control, los pies locos, las piernas desatadas.

Sin tropezarme choco contra el fin de algo y le suceden explosiones, señores que aplauden, señoras que sonríen. Flashes, colorines, confetis de dientes, papelillos de guiños.

¡Plas, plas, plas!

Borrachera de sueños, resaca de realidades. Y cuando el humo se disipa, el camino se abre otra vez mostrandome sus brazos cariñosos.

A empezar de nuevo.

sábado, 26 de junio de 2010


When I was a kid I used to pray every night for a new bicycle. Then I realised God doesn’t work that way, so I stole one and prayed for forgiveness.


Emo Philips

jueves, 10 de junio de 2010

¿Por qué corres, Ulises?


ULISES.- Para mí el mar es toda la libertad, la posibilidad, una eterna aventura. El único lugar en que se está desmemoriado y disponible. En el que se sirve sólo a la vida: siempre al alcance de la sorpresa, siempre a las órdenes del destino... Húmedo y limpio como un beso (NAUSICA lo interrumpe para besarlo.) Sin ancla, sin amarra, gobernado por vientos y vaivenes; súbdito de las olas que mecen o que matan... (Evadido.) Y se sueña. Se tiene todo el tiempo para soñar.
NAUSICA.- Qué bien hablas, querido... Oírte me abre otra vez la gana de abrazarte. (Lo abraza.) ¿Vamos ya?
ULISES.- Deja que te hable del mar. (Lo ha dicho entre el ruego y el reproche.) Misterioso, profundo, sin objeto. No como la tierra, de la que se puede decir: aquí se acaba... Es para hombres, el mar...
NAUSICA.- También la mujer es para hombres, creo (Caprichosa.)
ULISES.- En él sólo cabe defenderse o morir. Sin sepultura, como en la guerra...
NAUSICA.- Hagamos el amor y no la guerra; ese es mi lema.
ULISES.- Claro, tu no eres un hombre.
NAUSICA.- (Levantándose de nuevo.) Eso espero. Incluso preferiría no llegar a serlo nunca.
ULISES (Irónico.) ¿Es que no te gustan los hombres?
NAUSICA.- (Besándolo.) A la vista está. Pero también me gusta el whisky y prefiero beberlo a ser el whisky.
ULISES.- (Mirándola moverse ante él.) Eres un niña. Si te hubiera encontrado hace veinte años...
NAUSICA.- Hace veinte años te hubieras encontrado a mi madre ligeramente embarazada... Es mejor así. (Lo acaricia.)
ULISES.- (Con presunción y tristeza.) Pero hace veinte años yo era como un dios joven.
NAUSICA.- Y ahora eres como un dios maduro... Las perdices están mejor un poco pasaditas. La fruta verde deja áspera la boca. Tú, no. Me gustas como eres.
ULISES.- (Apesadumbrado) ¿Y dentro de veinte años?
NAUSICA.- ¿Quién habla de eso, ahora, cuando veinte minutos pueden dar tanto de sí...? (Pequeña sonrisa maliciosa.)


¿Por qué corres, Ulises? Antonio Gala

lunes, 7 de junio de 2010

De mi hacia ti

Bebo de tus fuegos con solo respirarte.
Me ahogo de tanto beberte y me sueño lejos de mi, imaginandote.
Porque así es más fácil y eres todo placer.
Olvido el dolor de entrar con fuerza en ti para ser uno y no conseguirlo, retrocediendo sudoroso y tembloroso para volver a imaginarte.

domingo, 6 de junio de 2010


La tristeza, el espíritu de la melancolía, es la piel más transparente y pura no sólo de enfermos o historiadores, sino de sociedades cuyos vaivenes pueden depender de esa misteriosa herida llamada melancolía, que a pesar del dolor que produce, sigue siendo condición deseable.
A veces huyes, corres fuerte dejando hondas pisadas en la arena que no te dan tiempo a borrar. Y da igual cuán lejos llegues, esas pisadas te recordaran de donde provienes y en cierta forma, el porqué huyes.

Vuelve el pasado cuando es más grande que el presente y duerme contigo pegándote los ojos al techo. Y fue un gran punto y final, cuando nos perdimos entre humos de hachís, té, hierbabuena y calor africano. Como una romántica borrachera para olvidar un amor que no se aleja, aunque huyas a otro continente.
Fotografía: Pedro Pablo Sara
Texto: Carlos B.T. Chaplin